Hola a todos de nuevo.
Os informo de que la maquetación y portada del libro
está prácticamente terminada a falta de un par de detalles. Este próximo lunes o
martes estará listo para comenzar a imprimirse. A ver si llegamos para
Navidades…
Bueno, lo prometido es deuda. Aquí os adjunto el Prólogo de Crónicas Nerlingas I. La Traición Groning. Confío en que lo disfrutéis y os empiece a situar en Tierra Conocida.
Las
Crónicas Nerlingas relatan la historia y la lucha por la supervivencia del
pueblo Nerlingo, una comunidad que hace miles de años poblaba una pequeña
región de la
llamada Tierra Conocida y que, desde tiempos pretéritos, se
vio involucrada en los asuntos y quehaceres de los hombres y los dioses.
El lector se preguntará quiénes son los
nerlingos, cuáles son sus orígenes, sus costumbres y otras muchas cuestiones
que este prólogo intentará aclarar. Investigando la poca información de que se
dispone, cabe deducir que el pueblo nerlingo llegó de allende el Mar del Este a
la región de Jactinia sobre el año 767 del calendario groning. Remontando el
Río Taquakland y, cruzando la Cordillera Savakien por la zona noroccidental, se
instalaron en derredor del Lago Argul. Establecieron sus dominios al amparo del
Bosque de Alkos y las Montañas Nerlingas, limitando su territorio al norte por la Cordillera Iugur-András
y muy al sur por el Desierto Rojo. A partir de ese día compartirían una forzada
vecindad con bortigos, lupenos, skelingos y gronings.
La verdadera razón del abandono de sus
primigenias tierras y el éxodo que les condujo al mismo corazón de Jactinia,
nunca fue conocida por los pueblos vecinos. Cuenta la leyenda que la isla en la
que moraban los nerlingos fue pasto de terribles terremotos y devastadores
volcanes que acabaron destruyéndola. Sin embargo, otros sabios conocedores de
este pueblo milenario, afirman que fue la mortal lucha por un poder superior la
causa de la total devastación de aquellas tierras. Obligados por estos
acontecimientos, tuvieron que izar las velas de sus pequeños barcos rumbo hacia
el hostil continente.
Una vez arribaron a los puertos
orientales, cerca de doscientos miembros del clan alko decidieron concluir el
viaje e instalarse al sureste de la desembocadura del Río Taquakland, mientras
el resto de sus hermanos continuaron su fatigosa travesía por Tierra Conocida.
Sin embargo, nunca se tuvieron pruebas fehacientes de esa incierta diáspora. La
única verdad sobre la que se forjó esa leyenda duerme ahora en la memoria de
sus difuntos ancestros.
Ningún pueblo de la región recordaba un éxodo semejante al de
los nerlingos, durante el cual tuvieron que sortear grandes peligros y
dificultades en su larga y agotadora huida. Fue por ello que en un principio se
les consideró como protegidos de los dioses. Durante ese período de tiempo
pudieron establecerse en paz, fundando su capital y los cinco burgos en las
tierras que rodeaban al Lago Argul. Esos asentamientos fueron Alkoburgo,
Bilkoburgo, Helkoburgo, Celkoburgo y Bunkoburgo, en los que alkos, bilkos,
helkos, celkos y bunkos construyeron sus hogares. A la capital la llamaron Lothikaton ,
que en la lengua nerlinga significa Lugar
de Reunión.
Como el lector rápidamente habrá deducido,
la raza nerlinga estaba formada por cinco ramas que se organizaban a modo de
clanes. Podían ser fácilmente distinguidos gracias a una larga y fina trenza
que colgaba del lado izquierdo de sus cabezas, anudada en un diminuto trozo de
tela de diferente color, siendo el azul el distintivo de los alkos, rojo el de
los bilkos, blanco para el clan helko, amarillo para los celkos y negro para
los bunkos. De complexión fuerte, anchas espaldas y piernas largas y fibrosas,
su blanca tez estaba habitualmente adornada por ojos claros y rubios cabellos.
A pesar de ser diestros en el arte de la
guerra, solo luchaban para defender a su pueblo, nunca por afán de conquista.
También eran hábiles cultivando la tierra y explotando los recursos que la
naturaleza les ofrecía. Su principal debilidad era “la buena mesa”. No había
reunión o fiesta que no terminase en una comida, en la que nunca faltaba el
ciervo u otra pieza de caza, acompañado por supuesto de una cerveza de color
caoba que ellos mismos destilaban.
De todos ellos, los bunkos eran los que en
menor medida se ajustaban al estereotipo nerlingo. De hosco carácter, agrio en
ocasiones, desconfiados y belicosos, sentían recelo y envidia del resto de los
clanes; envidia ésta del todo injustificada, puesto que el pueblo nerlingo era
regido cada tres años de forma alternativa por cada jefe de clan, período durante
el cual se convertía en Rey y trasladaba su residencia desde el burgo a la capital Lothikaton.
Pasaron los años y el halo de divinidad de los nerlingos se fue desvaneciendo entre los pueblos que habitaban Tierra Conocida. Fueron los gronings, un pueblo guerrero y cruel que tradicionalmente había atemorizado al resto de moradores de esas tierras, los que iniciaron las hostilidades contra los nerlingos. El primer gran enfrentamiento conocido se produjo en la llamada batalla de Bosque Verde, librada en el año 893, en la que el ejército liderado por Borbul Ojo de Águila, Rey Nerlingo del clan de los celkos, repelió la agresión del ejército groning. Esta fue la mayor de múltiples escaramuzas que continuaron durante los siguientes cuatro años, lo que obligó a los cinco clanes a formar un ejército permanente que vigilase las Montañas Nerlingas, Bosque Verde y el Bosque de Alkos. Los nerlingos nunca cruzaron el Río Arquiri-Valu, linde fluvial que delimitaba el inicio de los territorios groning, aunque se estableció un puesto fijo de observación compuesto por un pelotón de treinta hombres en la orilla sur del río, en el Puente de Piedra, al objeto de controlar las incursiones enemigas. Pasada una década, los jefes de los clanes decidieron disolver el pequeño ejército en vista de que las embestidas de los gronings habían prácticamente remitido. No obstante, se mantuvo como definitivo el destacamento situado en Puente de Piedra.
Todo transcurrió dentro de una relativa calma hasta que en el año 1039 Zornik fue coronado Rey de los gronings, tras asesinar al heredero de los Trodmelgin, linaje que había regido desde los Días Antiguos el destino del pueblo groning. Personaje cruel y sanguinario, tuvo como ama de cría a una suerte de bruja que lo inició en las artes oscuras y que él mismo se encargó de perfeccionar. Huérfano de nacimiento y de inciertos orígenes sólo conocidos por su arpía protectora, fue desde muy pequeño instruido en la búsqueda de un secreto poder, oculto por uno de los cinco Espíritus Puros en la tierra de los hombres, el cual le convertiría, si lograra poseerlo, en el único Señor del mundo de los mortales.
Los gronings se volvieron aún más violentos y su afán destructivo crecía de día en día. Esa amenaza se extendía como un reguero de pólvora por toda Tierra Conocida. Estos acontecimientos fueron los que cambiarían el devenir del pueblo nerlingo en las tierras de Jactinia. Es precisamente en este punto donde arranca nuestro relato…